La noche del 18 de abril de 1775, mientras el líder colonial Dr. Joseph Warren caminaba por Boston para observar cualquier actividad inusual por parte de los británicos, vio salir tropas de la ciudad.

Warren alertó a Paul Revere y William Dawes, miembros de los Hijos de la Libertad. Ellos cabalgaron hasta Lexington, un pueblo del este de Concord, para informar que los británicos se dirigían a ese lugar. Revere galopó a campo traviesa, gritando que las tropas se estaban aproximando. Luego, una patrulla británica capturó a Dawes y a Revere. Otro jinete, llamado Samuel Prescott, alertó a Concord.

Lexington y Concord

Entretanto, los británicos continuaron avanzando. Al amanecer, los casacas rojas se aproximaron a Lexington, donde se toparon con unos 70 milicianos que estaban esperándolos. Los milicianos liderados por el capitán John Parker, estaban apostados en la plaza pública, armados con mosquetes. Superados ampliamente en número, estaban a punto de rendirse cuando se oyó un disparo cuya procedencia aún se desconoce. Ambos bandos abrieron fuego. Cuando terminó el tiroteo, ocho milicianos yacían muertos.

Los británicos avanzaron hacia Concord. Mientras algunos soldados quemaban las pocas armas que hallaron, los demás se encontraron con un grupo de milicianos que esperaba en North Bridge. Tras una corta batalla en la que perdieron a muchos hombres, los británicos regresaron a Boston.

A lo largo del camino, colonos escondidos detrás de los árboles les disparaban a los soldados. Cuando llegaron a Boston, al menos 174 estaban heridos y 73 habían muerto.

Tras las batallas de Lexington y Concord, el conflicto armado con las fuerzas británicas se replicó rápidamente. Benedict Arnold, un capitán de la milicia de Connecticut, formó un ejército de 400 hombres para apoderarse del Fuerte Ticonderoga, cerca del lago Champlain, en Nueva York. Ticonderoga estaba ubicado estratégicamente y tenía muchos pertrechos. Arnold se enteró de que Ethan Allen, del vecino Vermont, también tenía pensado atacar el fuerte, de modo que se alió con los hombres de Allen, quienes eran popularmente conocidos como «Los chicos de la montaña verde» . Juntos, tomaron a los británicos por sorpresa. El fuerte Ticonderoga se rindió el 10 de mayo de 1775.

Posteriormente, Arnold traicionó la causa patriota al vender información militar a los británicos. Cuando su crimen fue descubierto, en septiembre de 1780, huyó a la ciudad de Nueva York, que en ese entonces controlaban los británicos. Allí comandó tropas británicas y dirigió ataques contra Virginia y Connecticut.

La batalla de Bunker Hill

Tras las batallas de Lexington y Concord, más voluntarios se unieron a las milicias coloniales. En poco tiempo, las milicias de Boston sumaban casi 20,000 hombres.

Los británicos mantuvieron el control de la ciudad y la milicia montó un campamento en los alrededores. El 16 de junio de 1775, la milicia comandada por el coronel William Prescott instaló puestos en Bunker Hill y Breed’s Hill, al otro lado del puerto de Boston.

Al día siguiente, los casacas rojas se congregaron en Breed’s Hill, sacaron las bayonetas y se prepararon para atacar. Como había pocas municiones, Prescott ordenó: “No disparen hasta no ver el blanco de sus ojos”. Los colonos abrieron fuego y obligaron a los británicos a retroceder. Los casacas rojas atacaron dos veces más y recibieron una furiosa descarga de fuego desde arriba. Finalmente, a los colonos se les agotó la pólvora y se replegaron.

Los británicos ganaron la batalla de Breed’s Hill, más conocida como batalla de Bunker Hill. Sin embargo, más de 1,000 murieron o quedaron heridos. Los británicos comprendieron entonces que vencer a los colonos en el campo de batalla no sería fácil ni rápido.