Batalla de Long Island
Durante el verano de 1776, los británicos enviaron 32,000 soldados a Nueva York por el Atlántico. El comandante británico, general William Howe, confiaba en que el tamaño de su ejército persuadiría a los patriotas de rendirse, pero no fue así.
El Ejército Continental, comandado por George Washington estaba integrada por 20,000 soldados. Los dos bandos se enfrentaron en la batalla de Long Island a finales de agosto de 1776. Los británicos vencieron al Ejército Continental, al que superaban en número.
Los patriotas lucharon con ahínco en Long Island, pero no lograron vencer al ejército británico porque era más numeroso y estaba mejor equipado. Un oficial británico escribió que muchos de los soldados patriotas que murieron no tenían zapatos, medias ni chaquetas. “También necesitan mantas”, dijo, prediciendo que los rebeldes sufrirían durante el invierno.
Después de la derrota, Washington se retiró de Nueva York, que se convirtió en una fortaleza leal. Los británicos persiguieron al Ejército Continental desde Nueva Jersey hasta Pennsylvania, pero, satisfechos con la derrota de Washington, lo dejaron partir. Este fue uno de los grandes errores que cometió el ejército inglés.
Washington y sus tropas lograron evadir a los británicos. A medida que el invierno se aproximaba, la causa patriota estuvo a punto de decaer. El Ejército Continental tenía menos de 5,000 soldados. Muchos habían cumplido su servicio y otros habían huido.
Washington le escribió a su hermano que si no se conseguían nuevos soldados pronto, “el juego acabaría pronto”. Aun así, conservó la esperanza en el triunfo de la causa independentista.
Washington le solicitó más soldados al Congreso Continental. Sugirió en vano que se les permitiera alistarse a los afroamericanos libertos. Al comienzo de la guerra, las colonias del Sur lograron persuadir al Congreso de abstenerse de dar este paso. A muchos sureños blancos les preocupaba que los afroamericanos recibieran armas y entrenamiento. Temían que hubiera una revuelta entre la población esclavizada.
Las batallas de Trenton y Princeton
Mientras los patriotas avanzaban con dificultad en medio del invierno, la principal fuerza británica se había instalado en Nueva York. Los británicos dejaron también algunas tropas en Princeton y Trenton, Nueva Jersey. Washington vio en esto una oportunidad de tomar a los británicos por sorpresa.
Washington tenía su campamento en Pennsylvania, al otro lado del río Delaware donde estaba el campamento británico de Nueva Jersey. En la noche de Navidad de 1776, condujo a 2,400 soldados a través del río congelado para sorprender al enemigo al día siguiente en Trenton. La fuerza mercenaria compuesta de 1,400 alemanes hessianos bajo el liderazgo del coronel Johann Rall estaba completamente desprevenida.
Mientras se aproximaba a Trenton, Washington dividió sus soldados en 3 columnas. El general Nathaniel Greene comandó un grupo, el general John Sullivan el segundo y Washington el tercero. El coronel Henry Knox apuntó sus cañones a la guarnición inglesa y comenó a disparar. Rall trató de organizar sus soldados para la batalla, pero no puso establecer un perímetro de defensa y murió de un disparo en medio de la batalla. El resto de los soldados hessianos pronto se rindieron. Al final 22 murieron, 92 resultaron heridos, 918 fueron capturados pricioneros y 400 escaparon. El ejército de Washington solo sufrió 2 muertes y 5 heridos.
Washington sabía que no podía quedarse en Trenton porque pronto el ejército inglés enviaría refuerzos para retomar la ciudad. Por esta razón Washington se retiró y cruzó nuevamente el río Delaware para tratar de conseguir más soldados. El 30 de diciembre una vez más Washington cruzó el río de regreso a New Jersey y con una fuerza de 5,000 soldados mal entrenados se preparó para enfrentar al general Charles Cornwallis y su ejército de 5,500 soldados.
En la noche del día 2 de enero de 177, Washington ordenó a 500 de sus hombres a mantener fogatas encendidas durante la noche para hacer creer a Cornwallis que estaban acampando, mientras que el resto de sus hombres marchó al norte a la ciudad de Princeton. Para mantener el secreto, los soldados marcharon a oscuras y las ruedas de los carretones con las municiones fueron cubiertas con telas para no hacer ruido.
Cuando el sol salió al día siguiente, Cornwallis encontró que el ejército de Washington había desaparecido, pero era muy tarde para reaccionar, ya Washington se encontraba en Princeton donde atacó por sorpresa a los ingleses y logró capturar una gran cantidad de armas, municiones y otros suministros de guerra.
Una vez más después de la batalla, Washington se retiró, esta vez hacia Morristown al norte de New Jersey para esperar a que pasara el invierno lejos del alcance de los ingleses. Con estas victorias, Washington no solo logró demostrar que era posible ganarle a los ingleses, sino que soldados de todas las colonias podía unirse en una sola causa para luchar por la libertad de su tierra.
Los británicos capturan Filadelfia
En septiembre de 1777, el general inglés William Howe junto con un ejército de 15,000 soldados navegó por la Bahía de Chesapeake hacia Filadelfia y utilizó el río Elk para llegar a la ciudad de Elkton, a unas 50 millas de Filadelfia.
Filadelfia era una ciudad importante para los patriotas. Era ahí donde estaba el Congreso Continental y la capital de la revolución Washington trató de parar el avance de los ingleses, pero no pudo y sufrió grandes pérdidas en . Howe finalmente logró apoderarse de Filadelfia y obligó al Congreso Continental a huir. Para entonces, el invierno estaba próximo y Howe decidió permanecer en la ciudad en vez de tratar de perseguir a las tropas de Washington.
La Batalla de Saratoga
El ejército del general inglés John Burgoyne había tomado el fuerte Ticonderoga en julio de 1777, pero necesitaba suministros de guerra y envió una fuerza para atacar la base de pertrechos de los patriotas en Bennington, Vermont. Un grupo de milicianos locales, llamado los Chicos de la Montaña Verde logró repeler el ataque de los ingleses y Burgoyne no tuvo más remedio que retirarse a la ciudad de Saratoga.
Burgoyne se encontró solo y en serios problemas. Los patriotas habían detenido a St. Leger en el fuerte Stanwix y Howe estaba todavía en Filadelfia. Las tropas que comandaba el general Horatio Gates contuvieron y rodearon al ejército de Burgoyne, quien realizó un ataque desesperado el 7 de octubre. Los patriotas se mantuvieron firmes y lograron contener el ataque..
El 17 de octubre de 1777, Burgoyne se rindió. El plan británico había fracasado. El Ejército Continental obtuvo una gran victoria que cambió el curso de la guerra.
Invierno en el valle Forge
Mientras que el general inglés Howe y sus tropas pasaban el invierno cómodamente en Filadelfia. Washington acampó 20 millas (32 km) al oeste en el valle Forge, donde él y sus tropas sufrieron mucho a causa del invierno porque carecían de comida, ropa, refugio y medicamentos. El gran reto de Washington consistió en mantener unido al Ejército Continental.
Las tormentas de nieve y los caminos en mal estado retrasaron el envío de suministros. El Ejército Continental edificó barracas y recogió provisiones del campo. Varias voluntarias, entre ellas la esposa de Washington, Martha, hicieron uniformes para las tropas y cuidaron de los enfermos. Muchos soldados enfermaron y murieron. Otros hombres desertaron, es decir, se marcharon sin permiso. Algunos oficiales dimitieron. El Ejército Continental parecía estar derrumbándose.
Aun así, sobrevivió al invierno. La primavera llegó y las condiciones mejoraron gradualmente. Nuevos soldados se unieron a las filas. En abril de 1778, Washington informó a sus tropas que Francia se había unido a los rebeldes y que los ayudarían en su lucha contra Inglaterra. La noticia levantó el ánimo a todos.
Batallas en el Oeste
La Guerra de Independencia fue de gran interés para muchos grupos indígenas que vivían en las 13 colonias o cerca de ellas. Algunos indígenas ayudaron a los patriotas, pero la mayoría se unió a los británicos. Para los nativos americanos, los británicos parecían una amenaza menor que los estadounidenses, quienes vivían entre ellos y se apoderaban de sus tierras.
Al oeste de los montes Apalaches, los británicos y sus aliados indígenas asaltaban los poblados estadounidenses. El jefe de guerra de los mohawks, Joseph Brant, lideró brutales ataques en el sudoeste de Nueva York y el norte de Pensilvania. Más hacia el oeste, Henry Hamilton, comandante británico de Detroit, les pagaba a los indígenas los cueros cabelludos que cortaban a los colonos. Esta práctica le valió el apodo de “comprador de pelo”.
El líder de la milicia de Virginia, George Rogers Clark, marchó al Oeste con el propósito de ponerles fin a los ataques. En julio de 1778 condujo una fuerza de 175 hombres por el río Ohio y por tierra. Los patriotas capturaron un puesto británico en Kaskaskia, en el actual Illinois. Luego se apoderaron del pueblo británico de Vincennes, en lo que es hoy Indiana. Las tropas británicas que comandaba Hamilton reconquistaron Vincennes en diciembre. Clark juró que lo recuperaría. En febrero de 1779, Clark y sus tropas sobrellevaron con valentía la dureza del invierno para sorprender a los británicos y forzarlos a rendirse. Su victoria fortaleció la posición patriota en el Oeste.
Batallas en el Sur
Durante los primeros años de la guerra, los estadounidenses ganaron varias batallas en el Sur. En 1776, las fuerzas patriotas derrotaron a los leales en la batalla de Moore’s Creek, cerca de Wilmington (Carolina del Norte). Las fuerzas patriotas evitaron también que los británicos tomaran el puerto clave de Charles Town en Carolina del Sur. Aunque esta batalla fue de poca magnitud, tuvo un gran impacto en el resto de la guerra.
En 1778, estos resultados, junto con victorias patriotas como la de Saratoga, habían convencido a los británicos de la dificultad de reincorporar sus antiguas colonias al imperio, y acordaron un nuevo plan para terminar la guerra.
El nuevo plan se enfocaba en el Sur, donde había muchos leales. Los británicos esperaban usar su poder naval y el apoyo de los leales para obtener importantes victorias en los estados sureños. Al comienzo, la estrategia funcionó.
A finales de 1778, el general británico Henry Clinton envió 3,500 tropas desde Nueva York para tomar Savannah, Georgia. Los británicos ocuparon la ciudad costera y controlaron la mayor parte del estado.
Clinton en persona condujo una fuerza hacia el Sur a comienzos de 1780. En mayo, dirigió un segundo ataque a Charles Town. Esta vez, la ciudad de Carolina del Sur se rindió y los británicos tomaron miles de prisioneros. Este hecho marcó la peor derrota estadounidense durante la guerra.
Después de la victoria, Clinton regresó a Nueva York y dejó al general Charles Cornwallis a cargo de las fuerzas en el Sur. El Congreso Continental envió tropas bajo el mando del general Horatio Gates para enfrentar a Cornwallis. Los dos ejércitos se encontraron en Camden, Carolina del Sur, en agosto de 1780. Los británicos ganaron este primer encuentro, pero Cornwallis pronto se dio cuenta de que no podría controlar la zona que había con quistado. Él y sus tropas se enfrentaron a una nueva modalidad de combate que no sabían como combatir. Mientras sus soldados se trasladaban de un lugar a otro, pequeñas fuerzas de patriotas los atacaban. Estos grupos de soldados aparecían de repente, disparaban, y luego desaparecían. Esta técnica de asalto y retirada tomó a los británicos por sorpresa.
En octubre de 1780, Nathaniel Greene relevó a Gates en el mando del Ejército Continental en el Sur. En vez de atacar las tropas de Cornwallis, Greene dividió su ejército en dos. En enero de 1781, un contingente derrotó a los británicos en Cowpens (Carolina del Sur) y el otro se unió a las filas de Francis Marion. En marzo, Greene reunió nuevamente a sus tropas. Más tarde, Green enfrentó al ejército de Cornwallis en Guilford Courthouse, en lo que es hoy Greensboro, Carolina del Norte. El ejército de Greene fue forzado a retirarse, pero los británicos sufrieron muchas bajas durante el repliegue. El general Cornwallis desistió entonces de la campaña de conquista de las Carolinas.
Cornwallis comprendió que los británicos debían actuar con rapidez si querían ganar la guerra. Más tropas francesas venían en camino y los patriotas se habían apoderado de Virginia. Las tropas y los suministros se estaban desplazando al sur.
En abril de 1781, Cornwallis marchó al norte, en dirección a Virginia. Sus tropas realizaron ataques en toda la región. El general Washington envió a Lafayette y al general Anthony Wayne al sur para obligarlo a retroceder. Cornwallis se refugió en Yorktown, en la costa de Virginia. La batalla por el Sur estaba entrando en su fase final.
Batalla de Yorktown
Mientras los británicos desplegaban su campaña en el Sur, sucesos importantes ocurrían en el Norte. En julio de 1780, barcos de guerra franceses aparecieron frente a la costa de Newport en Rhode Island. En ellos viajaban miles de soldados comandados por el conde de Rochambeau.
Rochambeau se reunió con el general Washington, quien se encontraba acampando al norte de la ciudad de Nueva York. Allí, ambos líderes esperaron la llegada de una segunda flota de barcos franceses. Apenas llegara, Washington atacaría la base del ejército británico que comandaba el general Henry Clinton en Nueva York.
Sin embargo, a los barcos y las tropas se les presentó una mejor oportunidad de arremeter contra los británicos. Esa oportunidad provendría del sur, de Yorktown (Virginia). En 1781 Washington envió al marqués de Lafayette y Anthony Wayne a Virginia, a detener a Cornwallis. Lafayette acorraló a Cornwallis y a su ejército en una peninsula, una porción de tierra rodeada por agua en tres lados. Este lugar se llamaba Yorktown.
Washington también recibió noticias importantes de la flota francesa que estaba esperando. En vez de dirigirse a Nueva York, los barcos avanzaban hacia la bahía de Chesapeake con el propósito de unirse al combate para derrotar a Cornwallis. A causa de estas noticias, Washington cambió rápidamente de plan. Él y Rochambeau irían al encuentro de los británicos en Yorktown en lugar de marchar a Nueva York.
Washington mantuvo en secreto esta nueva estrategia. Quería hacerle creer a Clinton que los patriotas aún planeaban atacar Nueva York. De este modo, confiaba él, impediría que Clinton enviara ayuda a Cornwallis.
Los ejércitos de Washington y Rochambeau se desplazaron rápidamente al sur en absoluto secreto. La mayoría de los soldados desconocían a dónde se dirigían. En 15 días, las tropas francesas y estadounidenses recorrieron 200 millas (322 km). El general Clinton supo que se habían marchado cuando ya era demasiado tarde. Nada podía hacer para evitar que las tres fuerzas, es decir, las tropas de Lafayette, los ejércitos de Washington y Rochambeau y la flota francesa, se encontraran en Yorktown.
El plan de Washington funcionó a la perfección. A finales del mes de septiembre, 14,000 soldados estadounidenses y franceses estaban listos para enfrentar en Yorktown a los 8,000 soldados británicos y hessianos de Cornwallis. Mientras tanto, la flota francesa mantenía la guardia en la bahía de Chesapeake, así que los barcos británicos no podían entrar a ayudar a Cornwallis a escapar por mar. El general Clinton y el resto del ejército británico permanecían impotentes en Nueva York, sin poder ayudar a Cornwallis. Los británicos estaban atrapados. Las fuerzas estadounidenses y francesas bloquearon los suministros y las rutas de escape de los británicos con la intención de forzarlos a rendirse
El bloqueo comenzó a surtir efecto. Los británicos tenían pocas provisiones. Muchos soldados estaban heridos o enfermos. El 14 de octubre, el oficial de Washington Alexander Hamilton atacó y ocupó defensas británicas importantes. Cornwallis comprendió que la situación era desesperada. El 19 de octubre se rindió. Los patriotas habían ganado la batalla de Yorktown. Tomaron prisioneros a casi 8,000 británicos y se apoderaron de 200 armas de artillería.
El Tratado de Paris
La victoria patriota en Yorktown fue un terrible golpe para los británicos y su esfuerzo bélico. Aun así, el combate continuó después de la rendición de Cornwallis. Los británicos aún retenían Savannah, Charles Town y Nueva York. Hubo algunos enfrentamientos más en tierra y mar. Sin embargo, la derrota en Yorktown convenció a los británicos de que la guerra era demasiado costosa para continuar luchando.
Los estadounidenses y los británicos enviaron delegados a París para redactar un tratado. Benjamin Franklin, John Adams y John Jay representaron a Estados Unidos. El Congreso estadounidense ratificó, o aprobó, el primer borrador del Tratado de París en abril de 1783. El tratado final se firmó el 3 de septiembre de 1783. Para aquel tiempo, Gran Bretaña había hecho también las paces con Francia y España.
En el Tratado de París, Gran Bretaña reconoció a Estados Unidos como un país independiente. Los británicos prometieron retirar sus tropas del territorio estadounidense y concedieron a Estados Unidos el derecho a pescar frente a la costa de Canadá.
A su vez, Estados Unidos prometió que los estadounidenses pagarían lo que debían a los comerciantes británicos. El tratado también estableció que el Congreso les aconsejaría a los nuevos estados que devolvieran sus propiedades a los leales.